La luz en la pintura con acuarela

Enrique Alda
Quizás uno de los elementos más difíciles de controlar (después del agua) es la luz en una acuarela. Y lo paradójico es que para dar luz hay que jugar con las sombras.

En muchas de las clases de leccionesdeacuarela.com se insiste en la importancia de guiar la vista del espectador hacia donde el autor, el artista, quiere se dirija. Si dejamos que los ojos deambulen por el cuadro no se establecerá ese dialogo entre lo que el pintor quiere contar y lo que el espectador lee. Para ello hay que tener en cuenta dos herramientas básicas: la luz y la composición.

De la composición ya hablaremos en próximos posts, aunque ya todos conocemos la importancia de la proporción áurea, los tercios en la composición etc. etc. pero lo que habitualmente se echa en falta en muchas acuarelas es ese punto de luz que te atrapa y del que poco a poco vas saliendo para disfrutar y entender ya todo el resto del cuadro.

La luz
La luz en la acuarela no se pinta con mezclas de blanco como en el óleo. Prácticamente se deja sin pintar. En un proceso tradicional, la primera aguada establece las luces. Es importante en ese momento tener bien claro dónde va a colocarse esa zona luminosa y con técnica húmeda difuminar los tonos reservándola.
No es necesario que sea blanca para que sea luz. La luz y la oscuridad son conceptos relativos. Tan luminosa será la luz en una acuarela como oscura sea la sombra que la contrarresta, pero como decíamos no necesariamente blanca. Si estamos engamando un bosque en otoño esa luz puede ser perfectamente de un ocre claro que entone con sombras verdes y tierras. Si por el contrario pretendemos pintar un pueblo de la Alpujarra en verano, esas luces serán del blanco puro del papel del mismo modo que las sombras serán profundas y con bordes definidos y cortantes como corresponde al torrente de luz que reciben.

La gama tonal
Algo debemos tener muy claro: toda acuarela debe tener un punto de luz máxima, un punto de oscuridad y al menos tres medios tonos. Observad en las acuarelas d eso profesores de leccionesdeacuarela.com el dominio que tienen de la gama tonal.
La vieja técnica mirar la acuarela entornando los ojos nos descubrirá si nuestra acuarela esta plana o tiene contraste. Parad de leer este blog y mirad vuestras ultimas acuarelas así: con los ojos medio cerrados. Seguro que alguna podría ganar bastante si oscurecemos un poco alguna sombra o lavamos un poco para sacar luces. ¿Estamos hablando de corregir en una acuarela?

Sacar luces
Siempre que he oido eso de que la acuarela es muy difícil porque no se puede corregir he sonreído para mis adentros. Ojalá solo fuera eso. La acuarela no es difícil. Lo que es difícil es pintar bien, con acuarela o con tizas. Corregir no es el problema.
La acuarela en algunas circunstancias se puede corregir, lo que pasa es que a veces no merece la pena y es mas fácil empezar de nuevo. Pero en ocasiones un poco de luz nos va ayudar. Viendo algunas lecciones de leccionesdeacuarela.com, vemos que los pintores rectifican sobre la marcha retirando pigmento o lavando.
Con la acuarela todavía húmeda no hay problema. Un pincel sintético seco aplicado de lado, con la “barriga” del pincel absorberá agua ligeramente y el efecto de luz se aprecia inmediatamente. Cuando la acuarela ha secado el asunto cambia. Lo primero que yo aconsejo es considerar si puedo aumentar las sombras colindantes. Siempre es más fácil subir el tono que rebajarlo. Si lo que definitivamente necesita es luz, debemos humedecer la zona a aclarar y con papel absorbente secar el pigmento que el agua haya disuelto. Esta operación se puede hacer dos o tres veces como máximo, si abusamos quedara ese feo efecto de “lavado” que aplana las luces.
Si queremos “dibujar” con luz líneas concretas el procedimiento cambia un poco: dibujamos con agua las líneas que queremos que queden claras y frotamos enérgicamente con papel absorbente. Veremos cómo el papel se lleva casi todo el pigmento y la luz aparece. Resumiendo, agua y papel. Suavemente para luces suaves y frotando para líneas definidas.
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